viernes, 1 de agosto de 2008

1.3 HISTORIA DE LAS DROGAS

En todas las épocas el hombre ha consumido diversas drogas, extraídas de plantas que crecían en su medio natural, con la finalidad de ayudarse en su lucha contra la fatiga, la angustia y el dolor o de procurarse nuevas sensaciones y formas de placer. Esto ha ocurrido en todas las culturas y en todas las partes del mundo. Por ejemplo, en la antigua civilización sumeria ya se consumía opio, hace miles de años también se fumaba este producto en China y en otros países del Lejano Oriente. En las naciones islámicas, la cannabis en la droga secular, mientras que el alcohol esta prohibido y perseguido. En grandes zonas de América Central y del Sur se encuentra muy extendido el consumo de hojas de coca entre numerosas tribus que utilizan, además alucinógenos en sus fiestas religiosas y en las grandes celebraciones.
Generalmente cada cultura tiene un tipo de droga que acepta y permite dicha droga se utiliza en las relaciones sociales, en las ceremonias religiosas, en el trabajo o bien durante el tiempo de ocio. Los individuos que integran cada tipo de cultura aprenden a utilizar estas drogas, saben que dosis son adecuadas, cuáles son sus efectos, qué ocurre en casos de sobredosis, y qué riesgos o peligros pueden acarrear un consumo prolongado. En definitiva, aprenden a usarlas de un modo racional, selectivo y controlado.

La cultura occidental tienen un comportamiento similar frente a las drogas tradicionales y reconocidas, como son el tabaco y el alcohol. Sin embargo, otros tipos de drogas, que pueden ser consumidos legalmente y sin problemas en otras culturas, están prohibidos en América y Europa. La legalidad de una droga determinada no depende, por tanto, de sus efectos reales o potenciales, sino de problemas de tradición cultural y de los grandes interese económicos que promueven su consumo.

Durante los siglos XVI y XVII, y como consecuencia de los descubrimientos geográficos producidos por el auge de la navegación, llegaron a Europa, importados de otros continentes, el tabaco, el café y el té, cuyo consumo se extenderá rápidamente. Estas sustancias fueron incorporándose poco a poco a los sociales diarios, auque en los primeros tiempos de su introducción alguna de ellas fuera rechazada e incluso perseguida.

Otros tipos de drogas, como los opiceos, cannabis y alucinógenos, han tenido menor difusión, y hasta mediados de este siglo sólo se han utilizado en círculos restringidos, sin que llegasen a constituir un problema social grave. Pero en los últimos veinte años se ha difundido de forma masiva el consumo de estos tipos de drogas entre los jóvenes, así como los psicofármacos. También han hecho su aparición nuevos alucinógenos y otras drogas sintéticas o productos derivados de laboratorio, como, por ejemplo de heroína y el LSD.

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